8 de agosto '36

P. Urbano Gil Gil

Pertenecía el P. Urbano a la Comunidad de Almendralejo y se encontraba en Madrid ocasionalmente cumpliendo deberes encomendados por los Superiores. Al dispersarse la Comunidad de Calle Toledo, el P. Urbano se vió en situación de desamparo buscando refugio acá y allá sin encontrarlo. Regresó al piso de Calle Toledo a donde al caer la tarde del día 7 de agosto le fueron a buscar un grupo de milicianos armados. Fue llevado al comité comunista de calle Nicolás María Rivero para ser interrogado. Su cadáver apareció al día siguiente en la Pradera de San Isidro.

Del P. Urbano destaca el P. Dionisio Rivas: “Su finura de sentimientos, su madurez en la dirección de espíritus, su regularidad y constancia, su trato distinguido, su sentido litúrgico, su aplicación insaciable”.

Para san Ignacio de Antioquía,

el martirio es un hecho eclesial, no solitario: “Rezad  por mí que tengo necesidad de vuestro amor” (Tral 2,3); “Yo soy vuestra basura y me ofrezco en sacrificio por vosotros, efesios, por vuestra Iglesia” (Ef. 8,1; Cfr. 21,2; Tral 13,3)