sabato 20 novembre 2010


BEATO ANDRÉS SOLÁ MOLIST

MÁRTIR EN SAN JOAQUÍN, MÉXICO

El P. Andrés Solá Molist nació en el municipio de Taradell, cerca de Vic (Barcelona), el 7 de Octubre de 1895. Ingresó en la Congregación de Misioneros Claretianos y fue ordenado sacerdote el 23 de septiembre de 1922.
La obediencia lo envió a México, a quien amó como su nueva patria y a los mexicanos su pueblo. Se inició como profesor en el Seminario claretiano de Toluca compartiendo la actuvidad docente con la predicacion popular. Durante la navidad de 1924 se incorporó a la Comunidad de León (Guanajuato), donde pudo dedicarse con más holgura a la predicación a pesar del veto del gobierno mexicano a todo ejercicio pastoral, sobre todo al clero extranjero. Eran tiempos de la Revolución Mexicana.
La persecucion religiosa se recrudecio cerrando templos y persiguiendo a sacerdotes y religiosos. El P. Andres Solá se mantuvo feel a su vocación, continuando el ejercicio de su ministerio. Una fotografia de estudio, recuerdo de una Primera Comunión le delató como sacerdote. Fue acusado juntamente con el sacerdote Trinidad Rangel y el seglar Leonardo Pérez, en una especie de farsa de juicio, de haber participado en el ataque que, la noche del 23 al 24 de abril, hizo descarrilar el tren que se dirigía de México a Ciudad Juárez. El P. Solá dijo con toda entereza: "Que me sea lícito manifestar que no tengo otro crimen, que yo conozca, que el de haber cumplido con mi deber como misionero que soy"..
Lo cierto es que el presbítero Trinidad Rangel y el claretiano P. Andrés Solá fueron detenidos por ser sacerdotes y el seglar Leonardo Pérez por haber creído los soldados que también lo era. Conducidos al lugar en donde se había producido el descarrilamiento del tren, allí mismo, a unos 60 metros de la vía, murieron fusilados a las 8:45 de la mañana del 25 de abril de 1927.
P. Solá sobrevivió tres horas durante las cuales repetía con frecuencia estas palabras: “Jesús mío, Jesús mío, por ti muero”. Y a una de las personas que se acercaron a él durante la agonía, le suplicó: “No se olvide de hacer llegar a mi madre por el medio que pueda que he muerto; pero dígale también que tiene un hijo mártir”



Los tres, Andrés Solá, Trinidad Rangel y Leonardo Pérez, son conocidos como los "Mártires de San Joaquin", por el nombre del rancho en el que fueron fusilados. El 20 de noviembre de 2005, en una celebracion presidida por el Cardenal Jose Saraiva Martins, claretiano, fueron proclamados Beatos en Guadalajara (Mexico).