mercoledì 17 agosto 2011

11-16 Agosto '36



La memoria de los Beatos Mártires de Barbastro
y del Hno Fernando Saperas,
ha dejado en segundo plano a otros hermanos claretianos
que también ofrecieron su vida al Señor.
Les recordamos con cariño.

H. Antoni Casany Vilarrasa (San Pere dels Arquels, Lleida)
P. Juan Bautista Arqués Arrufat (Llisà del Vall, Barc.)
P. Marceliano Alonso Santamaría (Alboraya,Valencia)
P. Ignacio Gordon de la Serna (Alboraya,Valencia)
P. Benigno Prior Hernández (Madrid)
Hno Jaime Vélez Soria (Sta Coloma de Gramanet, Barc.)
Hno. Sebastià Balsells Tonijuan (Agramunt, Lérida)



El Hno Sebastià Ballsells, perteneciente a la Comunidad de La Selva del Camp, está incluido en la causa de beatificación de la Archidiócesis de Tarragona, que se halla en fase final de estudio. Esta causa forma grupo con la de los Mártires de Sigüenza-Fernancaballero, de modo que, superados todos los trámites de estudio y discernimiento, culminarán ambas en una misma ceremonia de beatificación.



El P. Ignacio Gordon de la Serna había llegado a Valencia con motivo de la disolución violenta de la Comunidad de Játiva, de la que era Superior. A sus 33 años era de una personalidad relevante. Descendiente por línea paterna de una familia escocesa, que por católica padeció mucho bajo el Rey Jacobo, emigrada a España y establecida en Jerez de la Frontera, había enlazado por línea materna con los Marqueses de Irún. Como religioso fue modelo de desprendimiento, humildad, abnegación, y de una bondad y elegancia exquisitas.
Siendo estudiante de Teología, en la visita que el Rey Alfonso XIII hizo a la ex-Universidad de Cervera, le encomendaron el discurso de bienvenida. Agradó mucho al Monarca, que lo llamó, le preguntó quién era, y al saber su nombre y apellidos, le dijo:
-¿Y qué haces tú aquí?
-Majestad, aprecio más mi sotana y mi vocación que todos los títulos de nobleza que tengo por mi origen.
Cuando el 12 de agosto del '36 se las ve ante el tribunal que le juzga por su actuación como responsable del Colegio de Játiva, demostró la nobleza y valentía que llevaba dentro.
Le preguntaron: - ¿Y los sótanos que había en el Coletio para atormentar a los niños?
- ¡Mentira! Es una infame calumnia que ustedes pueden comprobar cuando quieran.
De nada sirvió la defensa. Aquella misma noche, junto con el P. Marceliano Alonso, entregó su vida al Señor mientras decía a sus verdugos: - Os perdonamos de todo corazón.
(Datos recogidos de Crónica Martirial, del P. Pedro García)




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