sabato 30 luglio 2011

31 Julio '36


E. Adolfo

de Esteban Rada



Había nacido en en Berbinzana, Navarra, 24 años antes. Acabados los estudios, pero sin ordenarse de sacerdote todavía, comenzó a ejercer de profesor en el Colegio claretiano de Barcelona. Tenía muy buenas cualidades de pedagogo y era un religioso ejemplar. Al dispersarse la Comunidad, se refugió en la familia de su compañero, el también Estudiante teólogo José Oliva. A las siete de la mañana del día 31 de julio, unos pistoleros se presentaron en el apartamento para hacer el registro diciendo: “Este piso está lleno de curas”. Sin oponer resistencia, Adolfo se despidió de la dueña: “Usted, señora Ángela, ha sido para mí más que una madre, le estoy muy agradecido. Voy a morir, pero muero tranquilo porque seré mártir y voy al cielo”. Al mediodía de aquel día, detrás del Hospital de San Pablo, en Barcelona, inició el viaje hacia el cielo que había merecido.

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