domenica 18 luglio 2010

MÁRTIRES CLARETIANOS DE SIGÜENZA Y FERNANCABALLERO
(27 y 28 de julio de 1936)


Con fecha 1 de julio de 2010, el Santo Padre Benedicto XVI autorizó a la Congregación de las Causas de los Santos a promulgar el decreto sobre martirio de los Siervos de Dios José Maria Ruiz Cano, Jesús Aníbal Gómez Gómez, Tomás Cordero Cordero y 13 compañeros de la Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María (Claretianos), asesinados por odio a la fe durante la persecución religiosa en España en 1936.

La Causa de beatificación de estos Mártires Claretianos de Sigüenza y Fernán Caballero, recoge una historia de odio que culmina en gestos de perdón y de amor de las víctimas hacia quienes les quitaron violentamente la vida. Una historia de grupo que recoge 16 historias personales ajustadas a la lógica del Evangelio: si el grano de trigo no muere, no puede dar fruto; el que pierda su vida por mí, la ganará para la vida eterna.

Hay que dirigir la mirada a la histórica Sigüenza (Guadalajara) y a Fernán Caballero, un pequeño pueblo de la provincia manchega de Ciudad Real. En aquellos dos lugares sucedieron los hechos que, recogidos en una misma Causa de Beatificación, nos hablan de ilusiones juveniles truncadas violentamente en 1936 convertidas hoy en voces de paz, que suscitan sentimientos de amor y perdón.

El grupo de Siervos de Dios está compuesto por 16 claretianos: un sacerdote, 14 estudiantes de teología y un hermano coadjutor.
P. José Mª Ruiz Cano murió en Sigüenza, el 27 de julio de 1936.
El día 28 entregaron su vida en Fernancaballero los estudiantes: Jesus Aníbal Gómez Gómez (de nacionalidad colombiana), Tomás Cordero Cordero, Primitivo Berrocoso Maillo, Vicente Robles Gómez, Gabriel Barriopedro Tejedor, Claudio López Martínez, Ángel López Martínez, Antonio Lasa Vidaurreta, Melecio Pardo Llorente, Antonio Orrego Fuentes, Otilio del Amo Palomino, Cándido Catalán Lasala, Ángel Pérez Murillo y Abelardo García Palacios.
El día 2 de octubre, también en Fernancaballero, murió el Hno Felipe González de Heredia.

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